29 Sep La eliminación progresiva del carbono, entre los principales objetivos de la construcción
28 de noviembre de 2019: desde el Parlamento Europeo se declaraba la emergencia climática. Arrancaba de esta forma una especie de carrera de fondo con horizontes claros para el ya conocido año 2030 y para el 2050, fecha elegida para las autoridades europeas para neutralizar por completo sus emisiones de efecto invernadero. En este contexto de emergencia climática, el sector de la construcción se percató de que tenía un papel más que relevante a la hora de consumar estos objetivos verdes. Comenzó de esta forma una auténtica ‘revolución’ con una finalidad evidente: descarbonizarse.
¿Por qué la construcción y la edificación saben que deben reducir su huella de carbono?
Tal y como recogen desde Green Building Council España (GBCe) en su «Hoja de ruta» para la descarbonización de la construcción, hay algunos datos que ponen de manifiesto la necesidad de caminar en esta dirección:
- La edificación firma un 36% del consumo de energía final y un 39% de las emisiones de CO2 derivadas de la energía mundial.
- En 2050 todo apunta a que habrá que construir el doble que en la actualidad para adaptarse a la población que se prevé.
- Por otro lado, hace tiempo que se sabe que en España el 60% de los edificios «son anteriores a la primera normativa que introdujo unos criterios mínimos de eficiencia energética (NBE-CT-79)». Y lo relevante en este aspecto es que la gran mayoría de estas construcciones todavía estarán en pie para 2050, por lo que actuar en su rehabilitación también es crucial.
¿Qué objetivos persigue la hoja de ruta del GBCe?
Desde el Green Building Council España ya han explicado que su hoja de ruta marca un camino en el que pueden y deben participar todas las partes de la cadena de valor de la construcción. Con la vista en el año 2050, fecha en la que se pretende anunciar la descarbonización completa del parque edificado, el primer objetivo llegará un poco antes, en el mencionado 2030: para este año todos los edificios de nueva construcción deberían ser de carbono neto cero en todo su ciclo de vida, y los ya construidos haber adoptado todas las medidas necesarias para reducir un 50% su huella. Se trata del primer pilar para conseguir los ambiciosos objetivos.
Para lograrlo se propone actuar sobre tres hitos: introducir «estándares mínimos de comportamiento energético(MEPS) para los edificios y viviendas existentes», potenciando la rehabilitación aprovechando la interesante palanca que implica la puesta en marcha de los fondos europeos Next Generation. Por otro lado, se quiere eliminar en lo posible el uso de combustibles fósiles en la edificación, acelerando la puesta en marcha de renovables y, como tercer hito, apostar por «productos de construcción, la circularidad de las soluciones y por asegurar las inversiones necesarias para la transformación del sector».
El gran Pacto Verde europeo
La hoja de ruta del GBCe, que se puede consultar de forma íntegra desde aquí, está en línea con acciones e iniciativas muy concretas y ya conocidas como el Pacto Verde europeo por las ciudades. Bautizado como “Green Deal for Cities” pretenden aceptar la ya mencionada situación de emergencia climática y trabajar para transformar y adaptar el hábitat construido, cambiando además el paradigma actual de la construcción. Se habla incluso en términos más ambiciosos que apuestan por ir más allá de las emisiones nulas, reduciendo al mínimo los residuos y fomentando el uso de materiales renovables.
El carbono, una de las grandes preocupaciones
Una de las grandes preocupaciones en el sector tiene nombre propio: el carbono. Todos los actores de la construcción lo sabemos y somos conscientes de la necesidad de trabajar en la línea propuesta de trabajar con materiales mucho más circulares y productos que permitan avanzar hacia la neutralidad climática. Actualmente, los cálculos dicen que el carbono embebido (el que tiene en cuenta todo el ciclo de vida, así como el generado por materiales y procesos) en los edificios «representa una tercera parte de las emisiones asociadas con el sector de la edificación. Esta cantidad supone, a nivel global, entre el 10 y el 12% de las emisiones de CO2 totales», afirman desde el GBCe. Con estos datos en la mano, para 2050 se estima que «las emisiones de CO2 liberadas antes de que el edificio comience a utilizarse serán responsables de la mitad de toda la huella de carbono de las nuevas construcciones». Esto último supone poner en grave riesgo los objetivos.
Así pues, los materiales para obra nueva y para rehabilitación serán un pilar decisivo en este camino hasta los años claves. Desde Consolis Tecnyconta sabemos que todo lo que hemos plasmado en este artículo, y todo lo abordado por el GBCe, es más que necesario. Nuestro papel tiene que ser el de proveedor de soluciones sostenibles de construcción que ayuden a nuestros clientes a construir infraestructuras mucho más responsables con el medio ambiente. Por este motivo, trabajamos de la mano de CarbonCure Technologies para inyectar CO2 capturado en el hormigón fresco. El propio CO2 se mineraliza inmediatamente y se incrusta de forma permanente en el hormigón, al tiempo que permite una reducción segura del contenido de cemento. Se obtiene por lo tato un hormigón mucho más sostenible sin necesidad de comprometer la calidad o el rendimiento.